Estaba un día el cura vistiéndose para la celebración eucarística del día y de pronto le da un ataque de risa y no sabía como parar.
El acólito harto de verlo reír y no saber de que le preguntó:
- ¿Qué le pasa padre, con tanto reír?
- Que me hace gracia que a vosotros os quitan lo de "guillos" y os quedáis con "mona".
- Si que es verdad, pero no se ría tanto que a ustedes le quitan lo de "sa" y se quedan con "cerdotes".
No hay comentarios:
Publicar un comentario